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El helado de fresa (de la venganza)

Hoy, como cada viernes, iré con mis amigos a Plaza del Parque; eso no cambia y creo que jamás lo hará, lo especial es que ella va a estar ahí, su amiga me dijo. Tomé prestada la playera favorita de Max, sólo espero llegar antes que él a casa para que no lo note. La última vez, hace 14 meses, se molestó muchísimo y me metió de cabeza en el basurero de la esquina, todavía no se me pasa la vergüenza; no importa, vale la pena el riesgo. Por más que le rogué a mi mamá me prestara el auto, se negó rotundamente; desde el inicio me puso de pretexto que todavía no estoy listo para manejar afuera de la colonia, de nada sirvieron mis sacrificios durante la semana: ir a la tienda, lavar los trastos, mantener mi cuarto no tan tirado, limpiar las gracias de Spooky, etc. Le llamé a Chuy, y por suerte a él si se lo prestaron.

Llegamos algo tarde al centro comercial, en parte por desorganizados, pero más por mantener la actitud relajada. No tardamos en encontrarlas, un par de tiendas, unos pasos y ya estábamos en la nevería, ordenando, justo delante de la mesa que ocupaban. Armado con un helado de fresa, traté de mantenerle la mirada; resulta fácil cuando está charlando, pero imposible cuando la regresa. No es que sus ojos tengan una expresión inquisidora, al contrario, si fuera un poco romántico diría que temo perderme en ese dulce y enorme par de soles, pero la verdad es que me cohíbe, hace que no pueda controlarme y que termine actuando torpemente. Me perdí el chiste de Daniel; y no era para menos, cuando sonríe tiene la magia de convertir los enunciados en blah blah's estructurados. Por suerte salí del trance antes de que se hiciera notorio mi retraso, y rápidamente ocupé la silla que me correspondía desde donde podía seguir contemplándola. Y así fue.

El torrente de blah blah's no cesó, salvo contadas ocasiones en que algún codazo me invitaba a contestar las preguntas que no había escuchado. No puedo decir cuánto tiempo pasó, sólo que había estado dándole largas a la nieve para que no se acabara. Por hechizado casi me pierdo aquella oportunidad que había estado anhelando con ansias, cuando se levantó a tirar su vaso con la servilleta casi intacta; la mía se hacía la difícil deslizándose un poco más lejos en cada intento de agarrarla, mis piernas no querían responder y mi corazón bailaba al ritmo de la samba. En un esfuerzo sobrehumano pude calcular la llegada sincronizada al bote. Ella levantó la vista, la fijó en la mía, y sonrió discretamente mientras su piel enrojecía. Yo, que ya iba encarrilado, pude ver mi silueta en sus ojos, sonreí, y pronuncié un hola. Ella respondió continuando con un comentario sobre una película, ¿o del cine?, esperó unos segundos, de esos que duran siglos, y se marchó con un vaivén de su mano derecha mientras lentamente sus ojos, junto con su rostro y su cuerpo cambiaban de dirección.

Regresé sobre mis pasos, derrotado, pero para mi sorpresa al recibimiento sólo le faltaron las fanfarrias. La tropa estaba completamente extasiada y vitoreaban lo que a su parecer fue una gran hazaña. Pronto recuperé el valor e hicimos de buscarla nuestra misión. Al batallón lo guié por los pasillos centrales, desplegando pequeños comandos especiales que por desgracia reportaban la falta de novedad. No duramos mucho antes de concluir que habían entrado a alguna sala. El servicio de inteligencia dictaminó que a las 10 en punto deberíamos continuar nuestro cometido; de modo que sugerí un receso en el local de video juegos; perdón, ordené prácticas de entrenamiento en el aula de realidad virtual y simuladores.

Nos divertimos mucho, incluso me relajé. En un descuido conseguí papel y pluma y me senté a escribir lo que quería decirle, esta vez no me iba a tomar desprevenido. Al finalizar, tomé la hoja y justo antes de botarla probé mi talento, hoy en desuso, en el origami, convirtiéndola en una linda flor que no me atreví a tirar. Llegó la hora, y fuimos en su búsqueda. Encontramos a sus amigas y las abordamos de inmediato. Ana me comentó que acababan de pasar por ella, de modo que tomé la rosa y le pedí que la entregara al día siguiente, en su escuela.

#1 Re: El helado de fresa (de la venganza)

mibito, <> / 7 Septiembre, 10:39am  
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el gelattto de la venganza, esta lindo. :) y que pasa después?

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#2 Re: El helado de fresa (de la venganza)

Taur, <> / 9 Septiembre, 2:20am  
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Taur was here...
ok... creo... creo que ya estoy entendiendo los cuentos =). solo es cosa de leer más detenidamente... me aprenderé los coments?? =)

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#3 Re: El helado de fresa (de la venganza)

LeoNeo, <> / 12 Septiembre, 9:58am  
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inche Ale, tas cabron pa eso de la cuenteada...no pos chido amigo te quedo con madre, siempre haz tenido ese talento (que la neta admiro), no nada mas la capacidad de imaginacion, si no la estructuracion de los enunciados y el uso exacto de las palabras, que va de rimbombates a sencillas, lo cual hace una mezcla interesante, date.

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